El cuerpo humano brilla, literalmente, al emitir una luz visible en cantidades extremadamente pequeñas, en niveles que aumentan y disminuyen con el transcurso del día, revelan ahora los científicos.
Investigaciones anteriores han mostrado que el cuerpo emite una luz visible, 1,000 veces menos intensa que los niveles a los cuales somos sensibles a simple vista. De hecho, prácticamente todas las criaturas vivientes emiten una luz muy débil, la cual se piensa que es consecuencia de reacciones bioquímicas que involucran radicales libres.
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