Con 30 millones de dólares, un presupuesto con el cual Hollywood haría un cortometraje, Blomkamp logró realizar una película con buenos efectos especiales y un guión que por una hora y 53 minutos es capaz de atrapar incluso a los desinteresados en la ciencia ficción.
La ignorancia y el miedo que propician el racismo se exponen descarnadamente en una historia ambientada en la miseria del tercer mundo, donde van a dar unos extraterrestres de quienes la raza humana espera armada hasta los dientes un ataque hostil o un gran avance tecnológico.
No ocurre ninguna de las dos cosas: los alienígenas eran refugiados, sobrevivientes de su planeta de origen, y mientras intentan salir adelante en un universo desconocido, los líderes del planeta Tierra discuten sin éxito qué hacer con estas criaturas instaladas temporalmente en el Distrito 9 de Sudáfrica.
Producida por el neozelandés Peter Jackson y dirigida por un joven sudafricano
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